Datos personales

Nací en Córdoba. Mis compañeros de estudios en el Instituto Fidiana me llamaban Tovarich. Participé en las movilizaciones fidianeras reivindicando tener un edificio propio. Miembro de la Plataforma de Estudiantes de la JOC. Militante de la JOC (1996-2001). Presidente del Consejo de Estudiantes de Filosofía y Letras de la UCO en el curso 97/98. Militante del Partido Comunista de España desde 1997, del que he sido Secretario Provincial en Córdoba desde marzo de 2010 hasta noviembre de 2011. Director de cordobaroja.es

viernes, 30 de julio de 2010

Huelga y República

En el Informe Político que aprobamos el domingo 25 de julio en el Comité Provincial, llamaba la atención que señalaba que uno de los motivos por los que oponernos al paquete de medidas neoliberales era –por si acaso el ser marxistas no daba argumentos suficientes- que somos republicanos.

El otro día en la reunión de la agrupación de Montalbán, un camarada llamaba la atención sobre que Bush también es republicano. Sin entrar en honduras del origen histórico del concepto republicano de EEUU –república como poder central frente a los estados federados-, nuestro republicanismo, el español, está íntimamente ligado al jacobino.

Las revueltas de El Arahal, Iznajar-Loja o Montilla en la década de 1860, la aparición del movimiento obrero de la Primera Internacional en España vinculado al republicanismo y no digamos el componente social de las dos experiencias republicanas españolas demuestran que el republicanismo español plantea un componente de justicia social.

El jacobinismo entiende una vinculación mutua entre el individuo (Ciudadano) y la sociedad (República). El ciudadano está llamado a participar, a ser protagonista de la República –cuyo origen latino Res Publica, viene a significar “Lo Público”-. Para un ciudadano, en el concepto republicano no vale el “pasar de la política”, ya que ello supone ceder a otros tu derecho a decidir hacia donde va la sociedad. El ciudadano no puede renunciar a decidir no luchar por decidir; no puede aceptar que otros (llámese gobierno, llámese Unión Europea, llámese Fondo Monetario Internacional u otros) digan que no podemos decidir sobre tal o cual cuestión (entiéndase economía, por ejemplo).

Pero también la República debe garantizar que los ciudadanos puedan ejercer su participación, esa es la garantía de que existe realmente una democracia. "La sociedad está obligada a proveer la subsistencia de todos los ciudadanos, sea procurándoles trabajo, sea asegurando los medios de existencia a aquellos que se encuentren incapacitados para trabajar" diría Robespierre.

Un trabajador, un ciudadano, que tiene garantizada su subsistencia puede dedicarse con más empeño a participar más que aquel trabajador que o no tiene trabajo, o no sabe hasta cuando lo tendrá.

El revolucionario francés también señala que "las ayudas indispensables a quien carece de los necesario son una deuda del que posee lo superfluo: corresponde a la ley determinar la forma en que la deuda debe de ser saldada", aquí radica el componente social del republicanismo, y que choca con las medidas del gobierno Zapatero que hace lo contrario “las ayudas a quien posee lo superfluo –la banca- es una deuda de quien no posee lo indispensable –trabajadores hipotecados, precarios, pensionistas, parados, autónomos, etc…-”.

Por todo ello, los comunistas no debemos ver nuestras luchas por la III República y contra el neoliberalismo como inconexas, sino todo lo contrario; frente a la falta pérdida de soberanía en la toma de decisiones económicas participación de la ciudadanía; frente a los obstáculos a la hora de ejercer nuestros derechos –miedo al despido por hacer la huelga- piquetes que garanticen el derecho del ciudadano trabajador a luchar; frente a las ayudas a los bancos que se pague la “deuda” de la que hablaba Robespierre, frente a una monarquía defensora de las multinacionales, una República de trabajadores.

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