Datos personales

Nací en Córdoba. Mis compañeros de estudios en el Instituto Fidiana me llamaban Tovarich. Participé en las movilizaciones fidianeras reivindicando tener un edificio propio. Miembro de la Plataforma de Estudiantes de la JOC. Militante de la JOC (1996-2001). Presidente del Consejo de Estudiantes de Filosofía y Letras de la UCO en el curso 97/98. Militante del Partido Comunista de España desde 1997, del que he sido Secretario Provincial en Córdoba desde marzo de 2010 hasta noviembre de 2011. Director de cordobaroja.es

sábado, 16 de junio de 2012

La Doctrina del shock en versión española


Llevo algún tiempo comentando en reuniones y en conversaciones que a España se nos está aplicando la doctrina del shock desde hace algún tiempo.
En 2007 la periodista Naomí Klein escribió el libro Doctrina del Shock. Auge del capitalismo del desastre. Dos años después Michael Winterbottom, Mat Whitecross  dirigieron un documental de igual nombre, basado en la obra de Klein. En ambos casos es una historia alternativa a la oficial de cómo se han ido extendiendo las tesis neoliberales, creadas por Milton Friedman.
Klein dice en la introducción de libro lo siguiente:
Durante más de tres décadas, Friedman y sus poderosos seguidores habían perfeccionado precisamente la misma estrategia: esperar a que se produjera una crisis de primer orden o estado de shock, y luego vender al mejor postor los pedazos de la red estatal a los agentes privados mientras los ciudadanos aún se recuperan del trauma, para rápidamente lograr que las “reformas” fueran permanentes”.
Para reforzar esta tesis Klein reproduce dos citas de Friedman:
sólo una crisis -real o percibida- da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que esa ha de ser nuestra función básica desarrollar alternativas a las políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable”.
una nueva administración disfruta de seis a nueve meses para poner en marcha cambios legislativos importanates; si no aprovecha la oportunidad de actuar durante ese periodo concreto, no volverá a disfrutar de ocasión igual”.
En mi opinión estas tres citas se corresponden a lo que está ocurriendo en nuestro país desde hace algún tiempo, y especialmente en los últimos meses.
La última de las citas de Friedman está escrita en 1984, un año después -en otro capítulo del libro de Klein, se cuenta cómo- se realizó el
shock en Bolivia, que posee ciertos parecidos razonables con lo que se está viviendo en España desde que Rajoy está en el gobierno.
Según cuenta Naomi Klein en el “
Capítulo 7. “El nuevo doctor Shock””, en Bolivia se produjeron unas elecciones en 1985, en el contexto de una situación del país con una gran deuda externa y de una situación hiperinflaccionista, en las que venció Víctor Paz Estenssoro, quien en los años cincuenta había encabezado una revolución popular.
Diecisiete días después de asumir el cargo, Paz Estessoro tenía en sus manos un plan de shock, que tomaba como base una propuesta del economista norteamericano Jeffrey Sachs. Este plan preveía; eliminación se subsidios; anulación de controles de precios; congelación de sueldos a los funcionarios; duros recortes en el gasto del Estado, abrir las fronteras a las importaciones; y reducción de plantilla en las empresas estatales como paso previo a su privatización (KLEIN, p. 199). Tres semanas después se aprobó en el gobierno el plan. Automáticamente empezaron las protestas en la calle, produciéndose un incremento de la represión con la utilización del ejército; “La policía antidisturbios organizó redadas en los locales de los sindicatos, en la universidad y en una emisoria de radio, así como en diversas fábricas” (KLEIN p.206), se llegaron a detener y trasladar a dirigentes sindicales en campos de internamiento en la amazonía hasta que los sindicatos desconvocasen las protestas.
Aunque ni Rajoy ha sido un revolucionario nunca, ni el ejército ha participado en la represión contra las protestas ciudadanas ni han habido campos de internamiento; sí hay rasgos coincidentes entre el
shock boliviano de 1985 y el español de 2012. A saber:
  • Un presidente que gana las elecciones prometiendo un programa y que recibe el apoyo electoral de la población.
  • Un presidente que días después de la toma del cargo (en el caso de Rajoy diez días) anuncia un paquete de medidas que van en contra de lo prometido antes de las elecciones.
  • Al anuncio de que todos los viernes habrá más reformas (generando una situación de angustia en la ciudadanía de forma permanente; el shock en estado puro), además de mensajes contradictorios.
  • La respuesta ciudadana se encuentra con un incremento de la represión; detenciones de sindicalistas durante la huelga general; cargas de antidisturbios contra estudiantes de secundaria (Valencia) y mineros (Asturias); amenazas sobre quién convoque actos por las redes sociales o el levantamiento de la acampada en Sol.
Una de las acusaciones que se hacían anteriormente a Zapatero y ahora a Rajoy es la de improvisar, en mi humilde opinión creo que no es sino una forma de transmitir desasosiego en la población; de que la población no sepa por dónde la va a venir el próximo palo, porque no sabe qué hará el gobierno, porque este da la sensación que tampoco sabe qué hace. Inseguridad que genera miedo y con él el Shock.
Ya se publicó en rebelión.org en febrero de 2010 un artículo de Jesús Sánchez Rodríguez en el que advertía de la doctrina del shock en la España de Zapatero, decía ese artículo:
La situación de shock, en el caso de España, lo representa sobre todo la elevada cifra de paro, la velocidad con la que se ha creado y la ausencia de un proyecto claro para revertir la situación. En su excelente libro, esta autora (Naomi Klein) describe la aplicación de esta doctrina durante los decenios en que tuvo lugar el ascenso y dominio del neoliberalismo
Lo cierto es que desde Jesús Sánchez escribió estas palabras hemos sufrido tres fases del shock; la que describe en el artículo con el paro como eje; después desde mayo de 2010, tras la intervención en Grecia, que trajo el paquete de medidas (congelación de pensiones, recorte salarial de funcionarios, retirada del cheque-bebé,...), semanas después la reforma laboral, el anuncio de privatización parcial de AENA y Lotería Nacional, la utilización por primera vez del estado de emergencia (en un conflicto laboral), el retraso de la edad de jubilación a los 67 años, y todo esto acompañado de la sensación de improvisación del Gobierno.
La llegada de Rajoy al gobierno y sus anuncios de los “viernes de recortes” sería ya una nueva fase en el que la sensación de improvisación deja paso a la de la conciencia de la mentira contada y a la situación permanente de inseguridad por la reformas y con la prima de riesgo como telón de fondo.
Y desde el sábado entramos en lo que será una nueva etapa en el que será el rescate la excusa para generar el miedo y el estado de shock.
El shock no es inevitable, ahí están los cambios como los pueblos de América Latina, los primeros en sufrir los shock y hoy referente de políticas antineoliberales y socialistas; el saqueo tampoco ha podido con la revolución islandesa, que tras juzgar a sus banqueros y políticos entregados a estos, está creciendo económicamente.
La única forma de oponerse a la doctrina del shock es en su primer momento saber de su existencia;
lo que sucede en Europa no es un castigo del dios Mercado (que no existe) sino producto del choque de intereses entre los sectores más ricos de la sociedad y el grueso de la población; lo que en el lenguaje marxista se llama “lucha de clases”, en donde el 1% de la población necesita explotar al 99%, por eso este tiene que estar organizado y movilizado, para oponerse y construir una alternativa.