Ayer surgió la noticia de que la presidenta de Castilla
La Mancha propone reducir el número de diputados regionales y al mismo tiempo eliminar el sueldo a los parlamentarios, para que
estos se puedan compatibilizarlo con la actividad profesional
privada; y todo ello justificado porque "enraíza
con un sentir popular".
Cospedal no hace sino imitar a su
colega, compañera y vecina Esperanza Aguirre
quien en junio pasado proponía reducir casi a la mitad el número de
parlamentarios regionales, UPyD con anterioridad también planteó
algo por el estilo y el alcalde de Getafe había propuesto la
eliminación de sueldos a los parlamentarios, todo ello podéis leerlo en este enlace.
Esta reducción se justifica en la idea de reducir el déficit
público, y por otro lado en hacerse eco de las reivindicaciones de
"la calle" (no he encontrado el video de Aguirre en el que
así lo señalaba).
Parece ser, que de todo el programa de
oposición que, hace ya más de un año, puso el 15M encima de la
mesa, el PP sólo ha oído la crítica a los políticos, además en
una fórmula consistente en reducir los órganos de representación
de la soberanía, eso es del Pueblo.
¿Quién saldría perjudicado?,
obviamente, en base al sistema electoral existente en España las
fuerzas minoritarias (principalmente Izquierda Unida), con lo que el
bipartidismo se acrecentaría, y por lo tanto la crítica básica,
desde un plano político, del 15M, en vez de ser escuchada se vería
ignorada y el problema aumentado.
Pero más allá de la ley
electoral es un recorte a la democracia en contra de los intereses de
los trabajadores y de las capas populares de la sociedad.
La
reivindicación de que los cargos público tuviesen un sueldo es una
reivindicación política del movimiento obrero, y es la otra cara
del sufragio universal.
En Gran Bretaña, allá por las décadas
de 1830 y 1840, surgió impulsado por el sindicalismo (Trade Unions) el llamado movimiento cartista, que en base firmas de
apoyo a las llamada Carta del Pueblo (de ahí el nombre) dirigidas al gobierno británico
pedían las siguientes cuestiones;
Como puede verse en el punto 4 se haya el que los cargos
públicos recibiesen un sueldo. La razón es lógica; si el sufragio
universal permite que los ciudadanos pudiesen votar, independientemente de su renta y no, como
ocurría en ese momento, que sólo podían votar los que tenían
cierta riqueza; es decir, solamente los burgueses. Obviamente el derecho a elegir
tiene que ser complementado con el derecho a ser elegido. ¿Podría
un obrero poder ser diputado si eso significaba no tener un sueldo
con el que vivir? Obviamente no. Si una persona necesita vender su
fuerza de trabajo a otra, y lo hace por 8, 12 o hasta 16 horas como
el aquella época, no puede compatibilizarlo con la actividad pública
institucional. Por eso el movimiento obrero exigía que se cobrase un
sueldo.
Gracias a que se cobrase ese sueldo podemos tener a
personas de las capas populares (albañiles, trabajadores fabriles,
profesores, etc. -estas son las profesiones de algunos de los diputados comunistas en el Congreso por la provincia de Córdoba en los últimos
lustros-) desempeñando tareas de representación política.
Si
se aplica la norma que plantean las lideresas de la derecha, ¿podrían
ser cargo público un trabajador tanto por cuenta ajena como propia?
¿Podría un trabajador de una empresa privada realizar esas
funciones? ¿Aceptaría el empresario pagar él el hobby de su empleado? ¿Podría un autónomo compatibilizar las tareas de
su trabajo con las funciones de un cargo público?
Sólo quedaría
posible el ser elegible a aquellos que tuviesen fortuna propia para
poder permitirse el lujo de dedicarse a una actividad sin remunerar.
Aunque... queda otra opción. La de un diputado que en vez de recibir
un sueldo público reciba suscripciones, donaciones de "filantropos"
capitalistas para desarrollar su función pública, como en EEUU. Tanto en un caso
como en otro, quedarían excluidos en la práctica cualquier discurso
contrario al capitalismo en las instituciones. Habríamos pasado de
la democracia a la plutocracia de facto.
¿Que los políticos
reciban un sueldo de las instituciones puede crear una casta? Sí.
¿Que pueden crear políticos profesionales? Sí. Pero la salida no
es menos de democracia representativa ni la plutocracia; la salida es
más control popular de las actividad del cargo público que les
representa; en definitiva más democracia.